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© FEGLININ, No 22, VOLUMEN 3                                             ISSN 2594-2298
                  EDICIÓN ESPECIAL EN EDUCACIÓN                                             Chilpancingo Gro.
                  MATEMÁTICA                                                                 Septiembre 2022


                  A diferencia de otras  asignaturas,  en matemáticas  las calificaciones  altas  se valoran  con
                  mayor  intensidad,  esto  puede  deberse  a  que  no  todos  los  estudiantes  son  capaces  de
                  obtenerlas, sobre todo cuando provienen directamente de la resolución de problemas, ya sea
                  en clase, en la tarea o en el examen. Además en ocasiones, estas altas calificaciones suelen
                  ser una señal de que se trata de un buen estudiante que comprende las matemáticas.

                  CONCLUSIONES

                  Las matemáticas están presentes en el currículum escolar y el número de horas dedicadas a
                  su estudio suele ser mayor entre el resto de las asignaturas. Socialmente, el alto desempeño
                  en matemáticas, por sobre otras asignaturas, se considera una manifestación de inteligencia,
                  una característica que no es alcanzable por toda la matrícula escolar. Además, el desempeño
                  y el rendimiento escolares se traducen en saber matemáticas y ciencias, y poseer habilidades
                  lectoras. De esta manera saber matemáticas o dedicarse a su estudio, se traduce en prestigio
                  escolar y social. Por otro lado, también podemos ver a las matemáticas como una asignatura
                  que determina el acceso de los estudiantes a otros cursos y niveles escolares, quienes no
                  logran acreditarlas, son considerados malos estudiantes y relegados a una población que no
                  se  espera  que  estudie  una  carrera  de  ciencias  o  donde  las  matemáticas  juegan  un  papel
                  preponderante. De ahí que las matemáticas se definan como una asignatura difícil de aprender
                  y cuyo estudio pocas veces logra disfrutarse, por lo que se convierte en la asignatura más
                  rechazada del currículum escolar (García, Cortés & Rodríguez, 2020). Todos estos factores
                  obstaculizan su aprendizaje y en casos extremos conducen al abandono escolar (INEE, 2019).

                  A estas creencias de las matemáticas se une el sentir de los estudiantes, el miedo por pasar al   22
                  pizarrón o por reprobar el examen, el aburrimiento cuando el tema no es de interés, casi
                  siempre. La alegría cuando se logran buenas notas, o el orgullo cuando se tiene la respuesta
                  correcta a una pregunta planteada por el docente (Martínez-Sierra & García-González, 2014).
                  Estas  emociones  aparecen  a  diario  en  la  clase,  los  alumnos  las  conocen,  porque  las
                  experimentan, pero difícilmente las externan o hablan de ellas en el aula de clase, porque al
                  aula se va a aprender, no ha comentar lo que se siente cuando se aprende. Cuando se cursa el
                  bachillerato los estudiantes han pasado ya por 9 años de cursos de matemáticas (sin contar
                  preescolar), así que ya han consolidado sus creencias y actitudes respecto a esta asignatura,
                  y han experimentado un sinfín de veces emociones positivas y negativas, como lo muestran
                  nuestros resultados.
                  En el estudio se han identificado 5 tipos de emociones positivas, agrado, satisfacción, júbilo,
                  esperanza y orgullo; y 7 tipos de emociones negativas, desagrado, miedo, congoja, decepción,
                  ira, reproche y autorreproche. Estas emociones y sus situaciones desencadenantes coinciden
                  en su mayoría con las del estudio original (Martínez-Sierra & García-González, 2014), por
                  tanto, respecto a la hipótesis planteada podemos decir que el contexto y la modalidad del
                  bachillerato no influye en las emociones de los estudiantes, ya que las emociones positivas
                  son  desencadenadas  por  alcanzar  logros  académicos,  y  en  caso  contrario  aparecen  las
                  emociones negativas, estos resultados refuerzan los hallazgos del estudio original. Con base
                  en estos resultados, a futuro la primera autora de este artículo pretende realizar una propuesta
                  de intervención que genere emociones positivas, como la confianza de los estudiantes en







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