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   | Año 8, No 29, abril – junio 2024 |
         Volumen 1



                  necesidades  producidas  por  el  crecimiento,  el  desarrollo  y  la  utilización  de  políticas
                  inadecuadas sobre los recursos naturales, lo que ha tenido como consecuencia la gravedad de
                  la situación ambiental de la sociedad. Por ello, esta situación le compete a toda la sociedad
                  en general, la cual debe ser atendida en todos los ámbitos posibles. En relación con lo que se
                  menciona, la educación ambiental juega un papel importante. De acuerdo a Márquez et al.,
                  (2021), la educación ambiental incorpora las relaciones de los seres humanos y la naturaleza,
                  con el objetivo de alcanzar un equilibrio en armonía entre los elementos que la integran: la
                  naturaleza, la sociedad y la economía, además, señala que la educación ambiental ha tenido
                  un  proceso  de  evolución  y  perfección  continua,  puesto  que  sus  concepciones  se  han
                  cimentado a través de múltiples eventos internacionales desde mediados de la década de los
                  años 70 del siglo xx le han contribuido una base conceptual y metodológica. Asimismo,
                  agrega que la educación ambiental es un proceso en el que se transmiten y asimilan nuevas
                  prácticas culturales con tendencia a cambios en la relación entre sociedad y está a su vez con
                  la naturaleza, empleando una nueva concepción filosófica en el que el proceso educativo que
                  no se enfoca en el individuo, sino que involucra sus relaciones con el entorno natural y social
                  para promover una cultura de sostenibilidad a través de la apropiación de conocimientos,
                  habilidades, valores y actitudes.

                  Por su parte, Musitu-Ferrer, et al., (2020), enfatizan que la educación ambiental a través del
                  conocimiento, sensibilización, estilo de vida saludable y comportamientos proambientales,
                  es un medio para el beneficio óptimo de la relación que sostiene el ser humano con su entorno.
                  Al  respecto,  González  (2017),  agrega  que  la  educación  ambiental  no  se  limita  a  la
                  concientización ambiental de la sociedad, sino que presenta una acción mayor, la formulación
                  y gestión de políticas públicas para el desarrollo, en el cual la participación democrática es
                  fundamental. Cabe destacar que también es importante la ejecución de las políticas públicas,
                  puesto que solo de esta forma se alcanzará un avance en la mejora del entorno ambiental. Por
                  otro lado, Llopiz et al., (2020), señalan que la educación ambiental es sostenida como una
                  educación  para  el  desarrollo  sostenible  que  establece  las  condiciones  necesarias  como
                  materiales culturales y espirituales para la mejora de la calidad de vida de la sociedad donde
                  se establezca armonía entre los procesos naturales y sociales. En este sentido, Valderrama y
                  Ruiz (2019), mencionan que la educación ambiental identifica puntos clave, planes de acción,
                  procedimientos  y  conocimientos  para  la  formulación  y  ejecución  de  propuestas  que
                  favorecen que los participantes desarrollen el interés del cuidado y conservación del área
                  geográfica en el que habitan.
                  La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2018), señala que la educación
                  ambiental constituye un enfoque pedagógico que forma al participante para desempeñar un
                  papel crítico en la sociedad, asimismo, señala que debe impartirse a la población de todas las
                  edades, niveles y modalidades educativas ya que es tema que concierne a la sociedad en
                  general y debe dirigirse de acuerdo a las necesidades e intereses que presenten. Lo anterior
                  refleja  la  importancia  de  la  educación  ambiental  en  la  sociedad  en  diversos  espacios
                  geográficos,  desde  áreas  urbanas  hasta  espacios  rurales,  ya  que  solo  de  esta  forma  se
                  alcanzará la concientización ambiental. La educación ambiental en espacios rurales debe
                  realizarse considerando las características de las localidades, por ejemplo, el analfabetismo,
                  el acceso a la información, sus costumbres, su lengua entre otras características. En este
                  sentido, la educación ambiental que se utiliza generalmente en las localidades rurales es la
                  educación no formal. De acuerdo a López y Bastida (2018), la educación no formal es un
                  modelo  educativo  que  tiene  la  capacidad  de  estimular  cambios  en  el  aspecto  social,






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