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© FEGLININ ISSN 2594-2298
| Año 6, No 24, enero – marzo 2023 |
llegada del huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel, la incidencia de estos fenómenos
cobró la vida de al menos 70 personas y varios daños en la infraestructura urbana y vial de
más de 80 comunidades [1].
Una de las problemáticas a las que se enfrentan las comunidades ante los PRM, su ocurrencia
en la infraestructura vial, la cual está definida como el medio a través del cual le otorga
conectividad terrestre al país para el transporte de personas y de carga, permitiendo realizar
actividades productivas, de servicios, de distracción y turísticas [2], por lo tanto, contar con
redes viales seguras, supone un reto constante a la hora de planear, generar y conservar las
carreteras ante las características geológicas, geomorfológicas e hidrometeorológicas del
terreno por donde han sido proyectadas, por lo tanto, entre las medidas de prevención ante el
surgimiento de los PRM es la estabilización de los taludes de la red vial.
1.1 Taludes
Se definen como una superficie inclinada respecto de la horizontal que adoptan las estructuras
de tierra, donde la mecánica de suelos, de roca y la geología; analizan, aplican, diseñan,
criterios y normas a fin de generar estructuras seguras y duraderas. La formación de un talud
depende de distintos criterios, si este se produce de forma natural, se le denomina ladera,
mientras cuando interviene el hombre se denominan cortes o taludes artificiales. En el corte,
se realiza una excavación en una formación térrea natural, en tanto que los taludes artificiales
son los lados inclinados de los terraplenes. Se consideran algunas problemáticas causadas
por deslaves y desgajamiento de taludes, consecuencia de diferentes factores como la erosión
del suelo, las sobrecargas de peso, excavaciones mal planeadas o simplemente por el ángulo
natural del talud. [3].
La estabilidad de taludes se enfoca en identificar las propiedades geotécnicas de los suelos y
rocas, pendientes, porcentajes de absorción de agua y su relación de peligro existente entre
el medio antropogénico, geológico y topográfico [4], lo cual incide directamente en el
tratamiento del material a través de técnicas de laboratorio para generar información base y
finalmente, determinar las condiciones óptimas del desarrollo del talud. Sin embargo, previo
a la generación de esta información, es indispensable identificar de manera puntual aquellos
factores capaces de modificar las fuerzas internas y externas que actúan sobre el terreno y
que condicionan el desequilibrio en el talud o ladera.
De manera general las fallas más comunes que se identifican en la estabilidad de taludes están
asociadas a:
a) Sobrecargas: Se dan por exceso de peso relacionado con la construcción de algún
edificio o por la carga de elementos naturales como exceso de lluvia o nieve.
b) Excavaciones: Cuando se excava la base del talud y su soporte, es muy probable que
se dé un desgajamiento del suelo ya que pierde resistencia a las cargas que se le apliquen.
c) Erosión: Se generan debido al paso del tiempo y fenómenos naturales como lluvias
torrenciales disminuyendo la resistencia del suelo provocando deslaves y desgajamientos [3].
Para comprender la dinámica de estos fenómenos, se ha generado una distinción de los
factores determinantes en la estabilidad de los taludes, los cuales hacen referencia puntual de
aquellos elementos que pueden ser inherentes al talud y, por lo tanto, representar un área
proclive a la incidencia de un PRM. A continuación, se muestra un resumen de ellos [5].
ART. Rocas conglomeráticas y su relación con la
inestabilidad de taludes. caso de estudio: carretera federal
Pág. 6 Zumpango del río-Chilpancingo de los Bravo, Guerrero.
Autor: Ing. Ana Laura Bernal Deloya